El lenguaje de la galería, por Susana Celis


 Las galerías de fútbol son espacios masculinizados, llenos de violencia machista, desde el lenguaje que se utiliza, hasta las agresiones que pueden llegar a sufrir algunas mujeres. Estaciones situaciones entre otras son las que son cuestionadas y combatidas por las agrupaciones feministas que se han confirmado desde 2018 en nuestro país.

 

Uno de los temas que más revuelo ha causado es la lucha contra el lenguaje violento, la cultura de la violación y por supuesto, la denigración expresada en un lenguaje feminizado.

 

Permanentemente los cánticos de la galería contra sus rivales implican denostarles con apelativos como “zorras, madres o monjas”, mientras el triunfo lo asocian a la paternidad (sí a la paternidad, en un país de padres ausentes) “El equipo X es nuestro hijo”. Y así podría enumerar ejemplos llenando miles de páginas.

 

Como hincha de la Universidad Católica quiero reparar en 2 cánticos comunes semana a semana: “Somos pocos, pero locos, soy cruzado hasta los cocos". ¿Acaso las mujeres no alentamos a nuestro equipo? ¿somos hinchas hasta dónde? Siempre hemos estado en los estadios, pero a la hora de definir identidad, los hombres nos dejan fuera, nos invisibilizan y crean cantos que solo los incluye a ellos y no a todes ¿Qué genérico tiene decir que eres hincha “hasta los cocos”?

 

Otro canto que siempre me ha llamado la atención es uno que dice "vamos cruzados, pongamos huevos". La obsesión de los hombres en el fútbol de centrar la "garra", el esfuerzo, la valentía, el compromiso, etc. en los huevos, perpetúa la idea de que los hombres hetero cis, son los únicos que tienen valentía y ponen lo máximo de ellos a la hora de enfrentar un partido de fútbol. ¿Y cuándo alentamos al fútbol femenino qué hacemos, qué cantamos? ¿Acaso las jugadoras de fútbol que juegan en condiciones paupérrimas no tienen valentía, ni ponen garra para jugar? ¿Le cantamos pongan ovarios o reflexionamos sobre lo que decimos?

 

Las mujeres hinchas del fútbol llevamos años haciendo un trabajo de hormiga para cambiar esta realidad, porque también somos, fuimos y seremos parte de las galerías y eso se debe reflejar, incluso, en los gritos a todes les jugadores.

 

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